CULTIVOS TRANSGÉNICOS, UN PASO HACIA LA ESCLAVITUD

Escucha la entrevista al compañero Joaquín –agricultor ecológico– de Fraga, a propósito de los transgéncios clicando en este enlace.

Por ‘Acción Libertaria’.

LOS CULTIVOS TRANSGÉNICOS, UN PASO HACIA LA ESCLAVITUD

UNA RUEDA IMPARABLE
Los cultivos transgénicos u OMG (Organismos Modificados Genéticamente) son la última inversión catastrófica de las multinacionales para cubrir una necesidad que no existe. Las inversiones multimillonarias en biotecnología parece ser que no dan los frutos esperados y los gigantes de las semillas y los fitosanitarios se ven obligadas a colocar los cultivos transgénicos a cualquier precio. No solo ello, sino que han entrado en una rueda de inversiones que no pueden parar sin dejar de recoger beneficios.

Hay que inventar más y más transgénicos con la falsa esperanza de descubrir alguno que sirva realmente para algo.

UTILIDADES DE LOS TRANSGÉNICOS
Los transgénicos son plantas o animales que no pueden producirse de manera natural.  Son organismos creados a partir de la ruptura de dos cadenas genéticas para reconstruir una nueva generando una especie que puede combinar plantas, animales, bacterias, etc.  Así pues podemos encontrar ciruelas que contienen información genética de la vacuna de la gripe, con lo cual comiendo ciruelas en cualquier época del año nos vacunaremos de  la gripe (o eso dicen, porque cualquiera que piense un poco sabrá que la gripe muta cada año, que la vacuna no siempre es la misma y que la vida útil de una ciruelo puede ser de veinte o más años… ¿Resistencias al usar una vacuna ineficaz y fuera de época?); maíz con información genética de Bacillus Turigensis (con esto dicen que pretenden proteger al cultivo del taladro, que es un gusano que ataca el tallo de la planta volviéndola inservible, pero cualquiera que se dedique a la agricultura sabe que el tratamiento sistemático con un mismo producto y abusando de él lo que acaba provocando es una resistencia al mismo por parte de la plaga en cuestión); también la soja resistente a una determinada marca de herbicida, lo que permite el uso masivo del herbicida que casualmente comercializa la misma casa que ha creado la soja transgénica; el tomate resistente a la congelación gracias a los genes del salmón del atlántico; y otro tipo de productos más inquietantes incluso como los cerdos con genes humanos, etc.

ESTO ES FASCISMO
A pesar de todo ello podríamos pensar que, por irracional que resulte cultivar transgénicos, pues que, atendiendo a la libertad de criterio y de empresa, cada uno cultive lo que le dé la gana. Pues bien este es ni más ni menos que nuestro objetivo. Que cada uno pueda decidir qué y cuando cultivar una determinada variedad o producto. Los transgénicos se comportan como cualquier otra planta, es decir, liberan ingentes cantidades de polen durante la etapa de polinización, lo que implica la contaminación cruzada con otras especies cultivadas o silvestres. Con lo cual al lado de un cultivo transgénico no es posible otro tipo de cultivo que no sea transgénico. Esto es intolerancia y esto es imposición.

Nosotros estamos en contra de cualquier manifestación que suponga un recorte de libertades y por tanto debemos estar en contra del cultivo de transgénicos, ya que no permiten la libertad de cultivos.

Pero las empresas productoras de biotecnología no se contentan con contaminarnos los cultivos, quieren que además les paguemos por ello.  Si un campo nuestro se contamina con transgénicos nos pueden acusar de apropiarnos indebidamente de un ser vivo patentado, lo que conlleva la correspondiente denuncia y pago de multas millonarias en virtud de la propiedad intelectual, y esto no es ciencia-ficción, ya ha sucedido.

También nos dicen que los transgénicos servirán para acabar con el hambre en el mundo, pero esto es de una estupidez tan sublime que casi no merece comentarios.  ¿Todavía hay alguien que crea que el hambre no es un problema político y social?  El hambre no se acaba con grandes producciones de alimentos.  Todo ello suponiendo que los transgénicos den mayores producciones, cosa del todo falsa.  Los transgénicos no suponen ni un solo kilo más de producción, y sí un gasto añadido como es la compra de semilla con pago de royalties.  La situación del tercer mundo es como para pagar por semillas.  Las semillas deben ser patrimonio de la humanidad no de las empresas.

¿QUÉ PODEMOS HACER?
Es posible encontrar listas en donde se nos indica productos o empresas que no incluyen transgénicos (de Greenpeace, nosotros disponemos de ellas). Con esta ayuda trataremos en lo posible de evitar el consumo de productos de dudosa procedencia. Independientemente de que resulten inadecuados o no para la salud, lo cierto es que este cultivo acaba con la biodiversidad y con la universalidad de la agricultura por imposición.

Podemos dirigirnos a los ayuntamientos de nuestras localidades para comprobar si nuestro municipio ha sido declarado libre de transgénicos y si no es así proponer al pleno municipal para que se manifieste a tal efecto.

Apoyar las diferentes campañas llevadas a cabo por las diferentes entidades, sindicatos, grupos ecologistas, etc. contra este tipo de cultivos y en favor de una agricultura libre y de calidad.

Apoyar la agricultura ecológica ya que es la única que hasta el momento, por las características de su legislación, nos garantiza productos libres de transgénicos.

DESDE LA CNT TRABAJAMOS POR: LA DIGNIDAD DE LOS TRABAJADORES DEL CAMPO POR LA MODERNIDAD DEL SECTOR AGRARIO Y EL DESARROLLO SOCIAL POR LA CALIDAD Y LA SALUD DE LAS PERSONAS

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