No es tema novedoso, y no debería asombrar, que Zaragoza es firme candidata a albergar una base de vigilancia de la OTAN. Esta candidatura, auspiciada por el Ayuntamiento a espaldas de la ciudad, implicará, en caso de salir adelante, la conversión de Zaragoza en un nuevo polvorín militar, como ya lo fue mientras padecimos una base del Ejército Estadounidense. Ante esta nueva ususrpación de la voluntad popular, queremos hacer patente, sin pretender ser exhaustivos, las razones de nuestra oposición sin ambages a la instalación de esta base aquí y en cualquier parte, a la propia esencia de la OTAN y a la realidad de los ejércitos.
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